estriba en estudiar la Palabra, sino en hacerla. El Señor no está obligado a enseñarnos, mientras no estemos dispuestos a obedecerlo (Juan 7:17). El cuarto punto consiste en estar preparado para las pruebas y tribulaciones que habrán de venir. Siempre que queremos crecer espiritualmente, el Enemigo está presto a oponerse a nosotros. Si quieres ser más paciente, debes prepararte para más tribulaciones, porque “la tribulación produce paciencia” (Romanos 5:3). Los verdaderos exámenes para el estudio
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